Resulta que prendí la compu dispuesta a escribir sobre el estado melancólico en el que me encontraba a causa de una bandeja de langostinos que había comprado para compartir cuando todavía tenía con quien, y una cadena de circunstancias me llevó a encontrarme con esto:
Entonces, ¿saben qué?
Porque no hay melancolía que pueda seguirme hasta Chicago y mucho menos si lo voy a tener a él enfrente, diciendome cosas como