domingo, 11 de mayo de 2014

Closure

Al menos lo cerré on my own terms. Ese ápice de madurez y amor propio que cada tanto sale a flote hizo que esta vez el límite lo ponga yo. Es sencillo dejarse dominar por la razón, su lógica es incuestionable. Fría, sensata, ininmutable ante el corazón que me latía a mil por hora, los dedos me temblaban, pero tipearon todo lo que se les dictó.  Un "Suerte"hizo las veces de punto final.

Satisfecha con la sensación del deber cumplido, la razón se fue a dormir. Y por supuesto que ya me arrepiento de haber cerrado la puerta. Sé, sé que hice bien, que es para mejor, que no puedo avanzar si sigo arrastrando esta historia. Lo sé, pero me niego a entenderlo y aceptarlo; porque tal vez sea inteligente, pero claramente no soy sabia... 



domingo, 4 de mayo de 2014

Retrocediendo casilleros

Lo único que logra la esperanza es prolongar la agonía de lo inevitable. Hasta que de repente un último crac y se corta el hilo del que esta historia se aferraba. Este final ya lo escuché. Este dolor ya lo viví. Me siento un cuento de Borges, tal vez por eso no me gusta Borges. 

Se me acelera el pulso, me baja la presión y transpiro frío. Me agarro del vanitory para no caerme, mientras me miro al espejo y casi no me reconozco: pálida, ojerosa y con el corazón roto.

Un grito de furia sale ahogado, ni enojada estoy. Las lágrimas me arden en la garganta pero no llegan a los ojos. La decepción, el dolor y el error. Otra vez el error. Pero no, de ésta no me hago cargo. Esta te toca a vos. Yo quise ser prudente, yo fui despacio y desconfiada; vos me indujiste, vos prometiste hasta que dejé de no creerte.

En mi cabeza Alejandro Sanz se pregunta ¿para qué me curaste cuando estaba herida, si hoy me dejas de nuevo el corazón partido? Y yo sólo quiero saber para qué... ¿Para qué volví a confiar? ¿Para qué levanté la barrera y bajé la guardia? ¿Para qué quisiste que te quisiera?

"No te merece," dicen los que me quieren bien. No, seguramente no merezcas estas lágrimas, ni este insomnio, ni ese tiempo que compartimos. Pero entonces yo, que fui la otra mitad de esta historia repetida, ¿qué merezco? 

jueves, 1 de mayo de 2014

Odio extrañarte esta noche

Odio haber aprendido a querer tus defectos, tus fallas, tus errores.

Odio haberte permitido entrar y quedarte. Haberte dejado jugar con mi mente y mis emociones.

Odio haberte creído todo aquello que no debí creerte y haber descartado lo que efectivamente era cierto.

Odio  acordarme de tu sonrisa torcida contra mi boca y tu pecho contra mi espalda mientras jugábamos a dormir.

Odio que me duela tu silencio y tu distancia. Odio que hayas dejado de necesitarme cuando yo empece a hacerlo.

Odio cada lágrima que derramo en tu nombre y cada puntada en la garganta que me recuerda que ya no estas.