jueves, 24 de febrero de 2011

Verborragia Reflexiva

Ayer fue mi cumpleaños nro. 26. Una amiga me regaló un Paragüitas de chocolate. Y mientras como una golosina con gusto a infancia me pregunto en qué momento la vida se volvió tan complicada.

Bueno, tal vez es una premisa un tanto dramática. Tampoco es que es tan complicada. Supongo que en algún momento se me va a complicar en serio. Por ahora es más bien un embrollo novelesco.

Mi papá cumplió 60. Big number. Entre festejos y recuerdos es inevitable pensar en aquellos que no están, en el paso del tiempo, y en que de a poco, muy de a poco, casi imperceptible, mientras que se deja lugar a la nueva generación, algunas luces comienzan a apagarse.

Entonces tomo el centro del escenario y me pregunto qué estoy haciendo de mi vida. Un trabajo, una carrera (o dos), todo lo elegí. Hoy, ¿lo sigo eligiendo? O simplemente prefiero la comodidad de lo conocido, la seguridad hallada en lo estable. ¿No es éste el momento de arriesgarlo todo, de jugar todas las fichas a un sueño? Vivir afuera, recorrer el mundo. Siempre dije que los 20 eran la década para ser protagonista, después comienza la vida compartida, cónyuge, hijos y demás. Protagonista soy, pero ¿es ésta la película que quiero?

Y después pienso si es el miedo lo único que me detiene -miedo a lo incierto, miedo a decepcionar, miedo a volver a equivocarme- o es que en realidad es hora de dejar de quejarme de llena y agradecer por todo lo que tengo. Por todos los amigos que ayer de una manera u otra me hicieron sentir tan querida. Por un trabajo que me permite crecer. Por una familia que me apoya no matter what.

Y después está eso que no me atrevo a analizar con demasiada profundidad, por miedo a lo que pueda encontrar. Explicaciones que sé correctas, pero no me doy ni a mi misma.

Más de una vez me han dicho que si no estoy en condiciones de tomar una decisión, no debería tomarla. El problema es que hay decisiones para las que uno nunca está listo. O tal vez sí. Time will tell, or will it?

Si Yahoo no tiene la respuesta, tal vez debería tenerla yo.