En el sueño estábamos los dos lejos. Yo, triste. Le voy a dar un beso en el cachete, corre la cara y me lo da en la boca. Nada, no sentí nada. Me mira, preguntándome en silencio. "Necesito tiempo," le digo, confirmando lo que ya sabe. No responde, igual sé lo que diría. Nop, definitivamente nunca vamos a ser más que amigos. Por suerte.
No es más que un sueño, nacido de la mezcla del libro que terminé recientemente, la conversación sobre si irme o quedarme que tuve antes de llegar a casa y esta incómoda situación de que me haya vuelto a gustar alguien después de tanto tiempo.
Todo muy adolescente, todo muy familiar, todo muy indefinido.
Creo que debería acostumbrándome a lo indefinido. Va a ser un largo cuatrimestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario