Odio tener que tomar decisiones... Mejor dicho, reformulo: odio tener que elegir entre dos opciones. No importa cuál prefiera, siempre parece ser la incorrecta. Y cuando las posibilidades son ir a bailar a tal o cual lugar o hasta presentarme a un examen o no, son situaciones que tienen consecuencias relativamente irrelevantes. Pero, cuando se trata de optar entre algo que básicamente va a definir el comienzo de mi vida profesional (o no), es mucho más complicado. Entran en juego muchas más variables y la desición se torna insoportablemente decisiva (aliteration intended).
Quemarme la cabeza, darle vueltas al tema hasta que se le caigan las monedas de los bolsillos, analizar todos los posible esenarios, ya lo hice. Y por cada pro aparece un contra. Por cada excusa, una contraexcusa. Por cada persona que me aconseja "A", una que dice: no, mejor "B". Mientras tanto, nadie quiere tomar la desición por mí y yo no sé qué hacer.
En este momento, odio el libre albedrio! >o(
domingo, 27 de mayo de 2007
miércoles, 2 de mayo de 2007
Swift flashback
¿Qué pasa cuando te visita un fantasma del pasado? No, no me puse isotérica ni consumí ninguna sustancia extraña: es simplemente una metáfora. O mejor dicho, una exclamación de admiración. Es soprendente cómo un simple cruce de miradas puede traer tantas cosas.
A riesgo de sonar como cierta canción, bastante patética por cierto, hay muchos tipos de miradas. Están las complices, las que te hacen tentar y las que te cayan. Pero hoy me crucé con una de las peores. Una que literalmente me hizo doler la panza, que me movió hasta el último recuerdo. Una que una cuadra después todavía me temblaban las manos. No fue más que un susto, simplemente me agarró desprevenida... Pero, ¿puede después de tanto tiempo seguir teniendo ese efecto? Evidentemente sí, y me asusta. Me asusta que me movilice tanto como para estar escribiendo esto. Me asusta que me persiga siempre. Me asusta que me haya dado ganas de llorar...
En fin, maldita mirada y malditos recuerdos....
A riesgo de sonar como cierta canción, bastante patética por cierto, hay muchos tipos de miradas. Están las complices, las que te hacen tentar y las que te cayan. Pero hoy me crucé con una de las peores. Una que literalmente me hizo doler la panza, que me movió hasta el último recuerdo. Una que una cuadra después todavía me temblaban las manos. No fue más que un susto, simplemente me agarró desprevenida... Pero, ¿puede después de tanto tiempo seguir teniendo ese efecto? Evidentemente sí, y me asusta. Me asusta que me movilice tanto como para estar escribiendo esto. Me asusta que me persiga siempre. Me asusta que me haya dado ganas de llorar...
En fin, maldita mirada y malditos recuerdos....
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