martes, 12 de febrero de 2013

El lado oscuro de la cama

(No se emocionen, no es de sexo)

Ya lo dijo Sally en 1989, durante un tiempo después de una ruptura, uno sigue durmiendo del mismo lado de la cama que cuando la compartía. Hasta acá no habría problema, el hombre es un animal de costumbre y algunos somos más estructurados que otros. 

El tema está en lo que el lado vacío representa, lo que genera. Ahora, por ejemplo, la soledad de mi sommier me hace extrañar noches de charlas que carecen de sentido para quien las escucha de afuera, miradas que exceden el entendimiento de aquellos a quienes no están dirigidas, sonrisas cómplices cargadas de recuerdos y promesas, un timbal de corazones agitados que respiran al unísono de dos pares de ojos que se encuentran y se comunican sin reurrir a las palabras.

Bueno, tal vez sí era un poco sobre sexo, pero todo lo demás también. No es que esté buscando un nuevo compañero de cama, pero en noches como estas -que lo tuve entre mis brazos- me gustaría volver a esos juegos de miradas, de sonrisas y, por qué no, de deseos satisfechos. 


2 comentarios:

CANTATA dijo...

Qué placer encontrar este texto.

¡Cuánto de cierto y de identificación encuentro en tus palabras!

Un gusto.

Pedro B. dijo...

De a poco los lugares vacios se llenan con otros momentos, u otras personas y vivencias...

Por algo se dan las cosas y el rumbo de la vida nos ira llevando al lugar correcto donde debemos estar.

A veces es una cama vacia, otras un mensaje que no tiene respuesta... otras simplemente un silencio...