Esta Juventud NO está perdida

(Yo sé que por este post me voy a comer más de una gastada, pero esto tiene que ser dicho, y quienes me concocen saben que debo ser yo quien lo haga.)

En un acto en el que no estaba presente decretaron que yo tenía que hacerme cargo de la parte "hot" de la despedida de soltera de una amiga. Entonces, hoy salí del laburo y me dirigí a la Bond Street donde recordaba de mis años de adolecencia cuando frecuentaba esa zona (todavía no entiendo por qué ya que no tengo ni tatuajes ni peercings, ni consumo ni consumí ningún tipo de estupefacientes, ni me visto con ese tiepo de ropa ni... en fin...) que en el subsuelo de esa galería había un Sex Shop a cuya vidriera me había asomado tímidamente alguna que otra vez.

Pero cual no sería mi sorpresa cuando llegué a destino sólo para descubrir que la ventana iluminada de rojo, de donde colgaban telas del mismo tono y se exhibían maniquies semidesnudos, había sido reemplazada por una casa de cremas para el cuerpo, rosas, brillantes e inocentes; una casa de ropa y una peluquería.

Totalmente desconcertada me alejé del lugar pensando que la rebeldía adolecente ya no es lo que era y que esta juventud no está tan perdida como dicen!