Así
no se empieza un fin de semana:
Me despierto un buen rato antes de que suene el despertador, y después de dar un par de vueltas, ya resignada a que no voy a poder volver a conciliar el sueño, decido levantarme a hacer algo útil con mi vida (?)
Recuerdo que me depositaron el sueldo y ¿qué hay más útil que ir de compras? Así de paso sacio mi ansiedad de una forma sana, no calórica.
Pero el destino se acordó de que ésta es la época del mes cuando se me tiene que cagar de risa en la cara... El resultado es que después de recorrer los 3 establecimientos aledaños a mi hogar (y más importante, a los negocios de ropa que entran en mi presupuesto) recibo las respuestas más
lógicas: "No tenemos plata" o "Se nos acabaron los formularios".
Como no es novedad que no logro obtener el fruto de mi trabajo hasta mediados de mes, independientemente de dónde trabaje o cómo me paguen, respiro profundo y pienso: me voy al centro y lo hago cagar por Florida (sí, a la mierda el presupuesto). Pero antes tengo que volver a casa a ducharme y cambiarme porque después entro directo a trabajar y de ahí quién sabe a dónde.
¡Ja, ilusa de mí que pensaba burlar al destino! Por supuesto que tenía que haber una complicación. A los 3 minutos de haber llegado toca el timbre el plomero, que viene a "revisar el baño". Entonces, ¿quién no se puede bañar hasta que el señor se retire? ¡Pau!
Adios a mí idea de sentirme una extranjera de compras por Florida...
Adios a la ilusión de volver a tener un mango en la billetera este fin de semana...
Lo único que rescato de la situación es que sin plata no puedo comprar chocolate XD