The Nanny, versión Pau

(Si Florencia Peña puede, ¿por qué yo no?)

No sé si recordaran un capítulo de La Niñera (la original, please) en que ella se entera que el ex se está por casar y se vuele compradora compulsiva hasta que el señor Shefield le da un beso que mágicamente le cura su trauma.

Resulta que la semana pasada fue bastante "mala" (por no decir una cagada atroz) para mi pobre persona. Sobre todo lo que había pasado, concluyó con la internación de mi abuela por fractura de cadera y yo sin poder ir a trabajar (ok, de eso no me quejo) por una contractura cervical que me hizo ver las estrellas. La cuestión que la sumatoria de cosas me llevó a un estado interesante de ansiedad.

Lejos de quedarme en mi cama, y siguiendo el consejo de todos mis estimadisimos comentaristas, me fui al cumpleaños de una amiga. Copa va, copa viene, que para mi el derecho es esto, que para mí es aquello, de repente me encontré "en los brazos" de un compañero de laburo de mi amiga.

Antes de que dejen volar su imaginación, les comento que no pasó a mayores y que cuando salimos del bar cada uno se fue por su lado (porque yo lo decidí así). Lo importante es que hoy me desperté como si me hubiera tomado 10 de las pastillitas milagrosas que me recetó el médico.

Así que ya saben, la próxima que anden con tensiones acumuladas no salgan de compras ni descarguen en el gimnasio, búsquense a quien les haga el favor...de sacárselas.